Médico guayaquileño fabrica prótesis biónicas

ladio Mora (d), quien por un cáncer perdió el brazo derecho, es atendido por Dino Cozzarelli

ladio Mora (d), quien por un cáncer perdió el brazo derecho, es atendido por Dino Cozzarelli

Cuando Dino Cozzarelli tenía 9 meses de edad, sus padres decidieron viajar con él a Estados Unidos. Pese a que han transcurrido 43 años de haberse radicado en ese país, este prominente médico ortopedista guayaquileño continuamente retorna a Ecuador con una valiosa carga de ayuda para sus compatriotas: al menos 50 prótesis, ahora biónicas para personas con discapacidades.

Cozzarelli reside desde hace cinco años en San José, Costa Rica, y por vía telefónica expresó que le da pesar ver la tecnología con la cual aún se elaboran piezas ortopédicas en Ecuador y el resto de Latinoamérica.

En San José, dos casos que atendió este ecuatoriano son los de Eladio Mora, a quien un cáncer le arrebató el brazo derecho, y el de Armando Cerdas, al que un accidente en motocicleta le quitó parte de una pierna; pero hoy, ambos llevan una vida normal y son de los pocos latinoamericanos que utilizan prótesis de última tecnología, fabricadas en Costa Rica.

Además de Brasil, este país es el otro en Latinoamérica donde se fabrican las más avanzadas prótesis biónicas para personas que han perdido alguna extremidad, privilegio reservado hasta hace pocos años para pacientes en EE.UU. y Canadá.

El responsable de este salto tecnológico es Cozzarelli, uno de los 50 especialistas en el mundo en prótesis biónicas.

Brazos eléctricos con electrodos que responden a la contracción muscular del muñón para abrir y cerrar una mano artificial y rodillas con computadoras que registran los patrones de caminata del paciente, para evitar caídas, son prótesis que Cozzarelli fabrica con sus manos en su taller, en La Garita de Alajuela, 40 km de San José.

Este médico, que empezó a trabajar en este campo a los 17 años en Ohio, indica que las prótesis de alta tecnología pueden costar hasta $ 85.000 dólares en EE.UU., por lo que él compra partes o incluso prótesis de segunda mano en la casa de subastas en internet eBay, para ofrecerlas a un precio más cómodo a sus pacientes.

Cozzarrelli, cuyo padre, Celine, también médico, labora en el Instituto de Higiene, dijo que su mayor satisfacción es llegar con las prótesis con esta tecnología.

Los casos
En Costa Rica, según cifras oficiales, se realiza un promedio de 900 amputaciones al año por accidentes de tránsito, problemas de circulación, diabetes y cáncer.

Mora, de 41 años y padre de tres hijos, cuenta que le amputaron el brazo cinco meses luego de diagnosticársele cáncer muscular. Por medio del seguro social y donaciones de la comunidad rural donde vive logró agrupar los recursos para comprar una prótesis mecánica convencional, que utiliza cables para controlar los movimientos de tensión de la mano. Luego se convirtió en el primer centroamericano en emplear un brazo biónico, con el que ahora hace trabajos como pintar casas.

El estadounidense Gene Warneke, quien vive en Costa Rica hace cinco años, es la primera persona en ese país con una pierna biónica. Un computador que lleva en una rodilla se encarga de controlar sus movimientos y ajustar cuándo debe ejercer menos presión para poder caminar en el montañoso terreno de la Península de Osa, en el Pacífico sur, donde vive.

Pierna biónica de un paciente atendido por Cozzarelli.

Pierna biónica de un paciente atendido por Cozzarelli.


Armando Cerdas, de 29 años, acudió donde Cozzarelli tras un accidente en moto que lo dejó dos semanas en coma y 40 días en el hospital, cuando tenía 21. El resultado fue una prótesis que usualmente costaría 13.000 dólares, por la cual, con donaciones, pagó $ 5.000.

Hoy, nadie notaría que este trabajador en construcción y padre de tres hijos utiliza una prótesis en lugar de la pierna.

“Hago de todo: monto a caballo, me subo a árboles, cargo sacos de cemento y hasta juego bola (fútbol). Soy el portero del equipo”, expresó Cerdas con una amplia sonrisa.

Junto a Cozzarelli trabajan dos técnicos entrenados por él: el obrero que construyó su casa y el primer paciente al que le colocó una prótesis en Costa Rica.

El paciente más joven hasta ahora es un bebé de apenas nueve meses, que nació sin peroné, y al cual colocaron una prótesis.

Este médico ecuatoriano recibe pedidos de entre 10 y 15 prótesis por mes, y no solo de Costa Rica, sino de otros países de Centroamérica. Además, una vez al año realiza una brigada a Ecuador, su país natal, para donar su trabajo a pacientes pobres.

“Laboro por amor a mi trabajo. Duermo tranquilo sabiendo que ellos (los pacientes) pueden defender y sacar adelante a sus familias y hacer una vida normal. Antes sentía que mi trabajo no era valorado, pero acá es diferente”, asegura con orgullo.

Fuente: El Universo

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