Eladio Rojas perdió su brazo derecho hace tres años y medio debido al cáncer. Hoy lleva una vida completamente normal gracias a la última tecnología en prótesis, diseñada en Costa Rica.
Este vecino de Poás de Alajuela es el segundo costarricense en recibir un brazo biónico, una prótesis que funciona con los impulsos nerviosos del cuerpo: el cerebro da órdenes que el sistema nervioso envía a sensores ubicados en el extremo de la prótesis. Estos sensores reciben los impulsos y dan la orden a un motor de ejecutar los movimientos.
“Al principio fue difícil, porque nunca es fácil reemplazar una parte del cuerpo, pero ahora puedo hacer cualquier actividad, y trabajar para mantener a mi familia como cualquier otra persona, y esto jamás sería posible con una prótesis común y corriente”, expresó Rojas.
Última tecnología. Como este brazo solo hay 2.200 en todo el mundo, y únicamente 50 personas están autorizadas para diseñarlos.
En Costa Rica vive la única persona acreditada en Centroamérica para crear estas prótesis. Se trata del estadounidense Dino Cozzarelli, quien tiene cuatro años de residir en Alajuela. Él es ingeniero en prótesis y ortesis graduado de la Universidad de Shelby, en Memphis, Tenessee.
“La tecnología funciona con el principio cerebro-sistema nervioso-brazo. El cerebro da una orden y el sistema nervioso la envía a través de impulsos eléctricos que llegan hasta el brazo. En este caso no hay brazo, pero los sensores biónicos de la prótesis hacen que la acción se realice normalmente”, explicó Cozzarelli.
“El mejor aspecto de esta prótesis es que realiza cada acción con la misma fuerza con la que la haría un brazo completo. Esto es así porque las señales del nervio llegan aunque no haya parte del brazo, y son las que dictan con cuanta fuerza debe hacerse cada movimiento”, agregó.
El proceso. Este brazo artificial es conocido como Utah arm porque en este estado estadounidense se fabricó por primera vez. Cuesta $80.000 (unos ¢46,5 millones), pero Cozzarelli utiliza materiales de segunda mano en buena calidad y baja los costos a $9.000 (unos ¢5,3 millones).
La Caja Costarricense de Seguro Social no da este tipo de prótesis, pero la Junta de Protección Social financia algunos casos muy calificados para este brazo artificial.
Cada una de estas prótesis de brazo tiene sensores en el hombro, el codo y la muñeca, que recogen los impulsos, y un motor en el brazo y otro en la muñeca, que llevan a cabo las acciones.
Hay prótesis diseñadas para colocarse a partir de la muñeca, del codo o del hombro, pero pueden hacerse a la medida si el muñón se encuentra a la mitad del brazo.
Cualquier adulto que haya sufrido amputación en su brazo es candidato para el Utah arm . No se recomienda para menores de 12 años ya que todavía están en proceso de crecimiento y tendrían que cambiar constantemente de prótesis para ajustarla a su tamaño.
Todas las personas que reciben un brazo biónico deben someterse a una serie de ejercicios para que el cuerpo se acostumbre al peso de una extremidad ajena.
Más avances. El brazo biónico no es la única prótesis con tecnología de punta que ayudará a los costarricenses. Cozzarelli trabaja en el diseño de la primera pierna biónica con rodilla inteligente de Centroamérica, que permitirá la misma flexión de rodilla que da el cuerpo humano. Esta prótesis estará lista en los próximos meses, para devolver esperanza a las 500 personas que pierden sus piernas cada año.